POR LA VERDAD Y LA CONFIANZA

 

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59 años, del reconocimiento de la ciudadanía para las mujeres mexicanas

Dra. Zaida Alicia Lladó  Castillo

Por lo que veo en este año, a pocos y pocas les interesó, dar a conocer lo que significa para las mujeres mexicanas,  la fecha: 17 de octubre de 1953.

Acaso no sea ya tan importante para las nuevas generaciones (a esas jóvenes que hoy incursionan en política, que sienten que todo se merecen y que hoy tienen la mesa servida), el conocer que hubo mujeres mexicanas que sufrieron discriminaciones sociales y políticas, que tuvieron que enfrentarse a todo y a todos, durante las primeras 5 décadas del siglo pasado, que tuvieron que prepararse en serio y ser muy inteligentes para convencer a los gobiernos en turno de que era necesario que las mexicanas pudieran tener mayores oportunidades y de ser reconocidas para poder votar en todos los comicios, fueran federales o locales.

Pues, yo creo que el no recordarlas sería un error serio, y ello nos obliga a nosotras las mujeres maduras, como un compromiso moral y político, hacer notar que, hay cosas que jamás se deben ni pueden olvidar. 

¿Porqué no recordar a las pioneras del sufragio femenino en el país, conociendo de ellas algunos aspectos de su vida?; ¿por qué no decirle a esas nuevas generaciones de la importancia de los valores profesionales, morales y nacionalistas que motivaron a las precursoras del voto universal, a reclamar sus derechos y a luchar por diversas causas sociales y políticas, que les permitió acumular méritos para sobresalir en la historia?; ¿porqué no reconocerlas como ejemplos valiosos del perfil de la mujer mexicana inteligente, constante y emprendedora, que vivieron en una época, en donde lo que menos interesaba era que éstas se prepararan y sobresalieran en campos exclusivos para los varones?. Porqué no hacerlo.

Así que hoy, para refrescar un poco la memoria y con motivo de celebrarse el 59 aniversario del voto para la mujer mexicana, hago mención de algunos ejemplos importantes, de esas mujeres que dignificaron el género en el paso por la vida1 y para muestra sólo algunos botones:

  1. Laureana Wright González (1847-1896). Mujer nacida en el Estado de Guerrero, que se distinguió por sus escritos y textos. Fue de las primeras mujeres en abrir el debate sobre la educación femenina y el principio de la igualdad intelectual entre hombres y mujeres. Sobresalió en el periodismo dirigiendo la famosa revista Las Violetas del Anáhuac, publicación donde Laureana dedicó una sección a la biografía de mujeres mexicanas destacadas, ya sea por su pluma o por algún otro tipo de actividad, con la seguridad de que en sus historias se encontrarían ejemplos de otras feminidades diferentes a la de la mujer doméstica o la reproductora biológica.
  2. Juana Belén Gutiérrez de Mendoza (1875-1942) Duranguense, de las primeras en el periodismo. De cuna muy humilde, que pese a sus condiciones de pobreza pudo asistir a la escuela. Vivió en Sierra Mojada, Coahuila, donde empezó a escribir sobre las condiciones de sobrevivencia de las familias mineras y a publicar sus textos en el Diario del Hogar y en El Chicano, lo que motivó que se le sometiera a un proceso judicial y a encarcelamiento en 1897. En Nuevas Minas, Coahuila, fundó un club antirreeleccionista. Más tarde en Guanajuato publicó el periódico Vésper (1901), junto con Elisa Acuña y Sara Estela Ramírez, con una línea totalmente antiporfirista y anticlerical.  En consecuencia, grupos clericales atacaron la publicación y Gutiérrez se dirigió a la Ciudad de México, donde volvió a publicarlo. Junto con Dolores Jiménez y Muro, formó parte de los grupos feministas Amigas del Pueblo y Las Hijas de Cuauhtémoc. La última de sus misiones fue hacer que el Estado procurara condiciones para la educación de las mujeres.
  3. Dolores Jiménez y Muro  (1849-1925), nació en Aguascalientes, Ags., dentro de una familia liberal en la que obtuvo lecturas y una vida social propia del contexto sociopolítico y cultural de la época. Como periodista participa en diversas publicaciones: El diario del hogar, El correo de las señoras, Violetas de Anáhuac y dirige La voz de Juárez. En 1919, como dirigente del club femenino Las hijas de Cuauhtémoc, participa en una protesta en el Paseo de la Reforma, contra un fraude electoral, hecho por el cual es encarcelada. Colaboró en la redacción del Plan Político y Social de Tacubaya en 1911 el cual solicitaba justicia social, jornadas laborales de ocho horas y demandas por la igualdad en la tenencia de la tierra, entre otras. Como integrante de grupos antirreleccionistas y revolucionarios, escribe el prólogo al Plan de Ayala. Más adelante participa con el ejército zapatista como profesora, escritora y oradora.
  4. Elena Torres Cuéllar. Nació el 3 de junio de 1893 en Mineral de Mellado, Guanajuato. Profesora, escritora de artículos contra el régimen porfirista en 1915, encubría su personalidad con los seudónimos Una Guanajuatense y Violeta. En 1916 asistió al Primer Congreso Nacional Feminista en Mérida, Yucatán. Se incorporó al equipo de Felipe Carrillo Puerto, formando parte del Partido Socialista de Yucatán, impulsando las demandas feministas. En 1919 llegó a la ciudad de México, donde  funda el Consejo Feminista Mexicano junto a Refugio García.
  5. Refugio García. Maestra rural michoacana, militante comunista y fundadora del Frente Único pro derechos de la Mujer (FUPDM), fue una incansable defensora de los derechos políticos de la mujer y lo demostró en su estado natal. Contendió en el distrito de Uruapan, Michoacán, y pese a que ella ganó contundentemente, la Convención le arrebató el triunfo. Fundadora junto a Elena Torres, del Consejo Feminista Mexicano, instancia no partidaria. Posteriormente militó dentro del Partido Nacional Revolucionario (PNR), defendiendo su visión comunista.
  6. Adolfina Valencia de A. y Consuelo Ruz Morales. Yucatecas, afines al gobierno de Salvador Alvarado, organizadoras del Primer Congreso Feminista celebrado del 13 al 16 de Enero de1916 en Yucatán. Los resolutivos de esa Asamblea fueron firmados por ellas como Presidenta y Secretaria respectivamente, junto con el Gobernador Alvarado. En dicho Congreso se dieron los primeros intentos de impulsar a la mujer hacia el libre pensamiento, pero aún con una fuerte carga moral estimulada desde la familia, la Iglesia y el Estado de la que difícilmente podría soslayarse. Y uno de los renglones que mayor interés presentó, fue el de erradicar la postura ideológica que circunscribía a la mujer únicamente a la realización de papeles afines a los que desarrollaba en el hogar y que se veía reflejado en los planes educativos.
  7. Hermila Galindo de Topete, guerrerense pionera del movimiento feminista en México, luchadora social, oradora por excelencia, maestra, periodista  y defensora de los derechos de las mujeres. Fundó el diario La Mujer Moderna, promoviendo el desarrollo de las mujeres, basado en  la igualdad política, la educación, el trabajo y a las relaciones personales. Defensora de la educación laica, reclamó la educación sexual y el derecho de las mujeres a ejercer libremente su sexualidad, sosteniendo que al igual que los hombres tienen los mismos deseos sexuales, tesis que le acarreó críticas de conservadoras y el rechazo social. En el ámbito político trabajó para el régimen maderista y en la Revolución constitucionalista, luchó contra Victoriano Huerta; organizó varios clubes revolucionarios en Veracruz, Tabasco, Campeche y Yucatán. En 1914 fue secretaria particular del presidente Venustiano Carranza, quien luego la nombró su representante en Cuba y Colombia. En el primer Congreso Feminista en Mérida, Yucatán, en 1916, demandó los derechos políticos y sexuales de las mujeres. En el Constituyente de 1917, Hermila Galindo, con 20 años, se apostó afuera del recinto y entregó un documento donde exigía la ciudadanía de las mujeres mexicanas. Esa instancia legislativa atendió la petición, pero fue negada. Y la nueva Carta Magna no incluyó el voto femenino.
  8. Matilde Rodríguez Cabo, Consuelo Uranga, Frida Kahlo, Adelina Zendejas, Esther Chapa, Clementina Parra, Alicia Reyes, Sara Miranda, Rosa Amélia Aparício, Soledad Orozco Ávila, Dolores Uribe Torres, Guadalupe Narváez de Vilchis, entre otras, conformaron en 1935, El Frente Único pro derechos de la Mujer (FUPDM), que fue un importante movimiento independiente que enarbolara las luchas feministas del momento uniendo diferentes ideologías y tendencias. Al surgir El PRM, El Frente se incorpora a éste con sus agremiadas, pero dado que el ala comunista del Frente empieza a dominar el espacio de las mujeres y a exhibir sus pretensiones para conformar una fuerza nacional integrado por amas de casas y trabajadoras domésticas, fue apreciado como un riesgo por la fuerza que ese movimiento podría cobrar, por lo que el Presidente Cárdenas lo mediatizó y constituyó la Secretaría de Acción Femenil (1938), como parte del Comité Nacional del PRM, para de esta manera incorporar ahí a las mujeres, pero con sus respectivos sectores. El FUPDM desaparece al corporativizarse las agrupaciones femeniles.
  1. Amalia González Caballero de Castillo Ledón, nacida en San Jerónimo de Santander Jiménez, Tamaulipas. Maestra normalista y Licenciada en Letras Españolas. Fundó y presidió el Ateneo Mexicano de Mujeres y el Club Internacional de Mujeres (1932). En 1936, junto con Luz Vera, Graciana Álvarez del Castillo, Belén de Zárraga, Julia Nava de Ruizánchez, María Ríos Cárdenas, Otilia Zambrano y Josefina Velásquez, formó el Comité Femenino Interamericano pro Democracia, cuya misión fue apoyar y divulgar los principios de la política exterior de México. En 1952 fundó la Alianza de Mujeres de México y continuó en su actividad diplomática. Fue la primera mujer en ser nombrada Embajadora del Gobierno de México en Suiza en 1956-1957 y más tarde Embajadora ante el gobierno de Austria en 1964. Eso le permitió llevar la voz de México, en el plano internacional reclamando los derechos políticos para las mujeres del mundo. Y en México, fue promotora del voto municipal (lo que se logró en 1947 por iniciativa del Presidente Miguel Alemán Valdés) y del voto universal desde su posición diplomática.
  2. Margarita García Flores, nació en  Monterrey, Nuevo León, en 1925. Abogada, activista, escritora y política mexicana.  Se la considera precursora del sufragio femenino en México. En 1952, siendo Secretaria de Acción Femenil del PRI, se entrevista con Don Adolfo Ruiz Cortines  junto con las dirigentes de los sectores CNC y CTM y el comité nacional  y le piden se considere el tema del sufragio universal y el candidato lo toma con gran respeto y acepta primero la invitación de asistir a la Asamblea Nacional Femenil del 6 de abril de 1952, en el Estadio 18 de Marzo. Ahí el candidato, frente a 20 mil mujeres, hace el compromiso de: que si el voto me favorece y soy su Presidente, al segundo día de mi mandato, enviaré a las Cámaras la reforma al art. 34 constitucional para otorgar a la mujer los derechos políticos plenos. Y el candidato ya siendo Presidente de México lo cumplió enviando la iniciativa de reforma al art. 34 constitucional, siendo aprobada y publicada en el Diario Oficial un 17 de octubre de 1953. Fecha en que al fin las mujeres mexicanas obtienen la ciudadanía universal y de esa manera podrían votar y ser electas en los cargos de elección popular.

Y a partir de ese hecho, México, cambió en su población electoral pues se logró un notable incremento y cambió la forma, operación y estructura de los partidos políticos, dando pie a la incorporación de un mayor número de mujeres en puestos relevantes. Asimismo, empezaron a distinguirse nombres en posiciones del servicio diplomático y en el Poder Judicial. En el Congreso de la Unión, para 1954, surgió la primera diputada federal, correspondiéndole esa distinción a Aurora Jiménez de Palacios, por Baja California Norte, en la XLII Legislatura de la H. Cámara de Diputados. En la XLIII, se incorporaron: Remedios Albertina Ezeta por el Estado de México; Margarita García Flores por Nuevo León; Guadalupe Ursúa Flores por Jalisco; así como la periodista Marcelina Galindo Arce, representante del Estado de Chiapas, Diez años después ganarían un escaño en el Senado de la República, dos valiosas mujeres, María Lavalle Urbina (Campeche) y Alicia Arellano Tapia (Sonora) incorporándose a la XLVI-XLVII Legislatura (1964-1970). Éstas marcaron el primer referente en el país.

En los cargos de Presidenta Municipal, ya desde 1936, con Aurora Meza Andraca en Chilpancingo, Gro., se había sentado un precedente a nivel nacional y en Latinoamérica, por ser la primera en ocupar ese cargo. Y al siguiente año con Soledad Orosco de Ávila Camacho, como diputada local; y aunque ganó los comicios no le permitieron ejercer el cargo grupos políticos de León, Guanajuato. Igualmente tuvieron que pasar muchos años para que México, tuviera la primera gobernadora en el país por el Estado de Colima postulada por el PRI y el PPS, correspondiéndole a Griselda Álvarez Ponce de León, en 1979 y de ahí en adelante,  hoy la historia registra a 3 gobernadoras mas por el PRI: Tlaxcala con Beatriz Paredes (1987-1992); por Yucatán dos casos: Dulce María Sauri (1991-1994), (por ministerio de Ley) e Ivonne Ortega Pacheco (2007-2013). Agregando el caso del PRD, que ha tenido en Rosario Robles a la primera mujer Jefa de Gobierno  del DF (por ministerio de Ley)  (1999-2000) y Amalia García Medina, Gobernadora Constitucional del Edo.de Zacatecas (2004-2010. Haciendo notar también avances importantes de mujeres que han ocupado cargos en los gabinetes presidenciales y en las entidades, en las diputaciones locales, presidencias municipales y secretarías de los gobiernos estatales.

Pero el avance ha sido positivo, pero disparejo e insuficiente. Porque las mujeres mexicanas jóvenes o adultas estamos viviendo, en la segunda década del siglo XXI paradójicas realidades. Hemos tenido que atestiguar el cambio de una sociedad cerrada, de baja población y predominantemente rural, a otra que se acrecentó y  concentró en las ciudades, pero que no dio para todas las oportunidades de elevar su autoconocimiento, la valoración de sus potencialidades y la motivación para ser mejores.

Nos preparamos y/o nos incorporamos a la fuerza de trabajo, pero por el alto sentido de la responsabilidad, no delegamos las tareas tradicionales en el hogar, y en muchos casos, la doble y triple jornada ha seguido siendo interpretada como la obligación de sólo una parte incluso provocado la desobligación de los deberes de manutención y de atención de los hijos, que también le corresponde compartir a su pareja. Igualmente, hemos buscado afanosamente la superación laboral, pero aun aceptando un salario menor a lo que nuestra capacidad posibilita; hemos avanzado en las leyes que nos protegen contra la violencia y se sigue tolerando en muchos lugares de nuestro país, formas discriminatorias y opresivas en el trabajo, el hogar y en la sociedad. Por consiguiente, ello ha generado preocupaciones o nuevas causas por qué luchar. 2Y ese será el gran reto para la mujer mexicana del presente y futuro.

Por eso, será siempre importante estudiar la historia del sufragio universal para las mexicanas, porque a partir de ese hecho se provocó el despertar hacia el auto reconocimiento y la identidad progresista; y, a 59 años de distancia, no somos las mismas y menos queremos regresar a tiempos superados. Por eso, yo sólo les recuerdo a las mexicanas que, hay que empezar o continuar siempre por algo, cada mañana: “…teniendo confianza en nuestras capacidades y proyectándolo a favor de los demás, con la convicción, de que se lucha para trascender desde la más modesta trinchera, siempre con la seguridad de que se está sirviendo para ser útil y para cimentar el futuro del país que queremos y del que estamos profundamente orgullosas” (Lladó, 2011).

Gracias y hasta la próxima.

1 Lladó Zaida, (2012) “Primeras de México, Mujeres del PRI”, edición independiente. México ( libro en proceso de edición)

2 Ibid.

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