MUJERES QUE HACEN HISTORIA

Mujeres que hacen historia





Sesión homenaje a Sor Estela Primero
Por Héctor Medina Varalta


Guadalajara, Jalisco, marzo de 2018. El 26 de febrero pasado,
la Asociación de la Fundación Cultural de los Hospitales Civiles de Guadalajara,
rindieron un homenaje a Sor Estela Primero Hernández
con motivo de sus 24 años de servicio, un merecido reconocimiento
días antes del Día Internacional de la Mujer. Como parte de su apostolado
de Hermana Josefina decidió servir a su prójimo,
ya que siempre quiso ser enfermera,
incluso a la edad de 17 años tomó un curso de primeros auxilios.
después, surge la vocación por la vida religiosa y seguir fomentando
su vocación de enfermera,  en conjunto, las dos vocaciones.
Siempre ha pensado que la profesión de enfermera es una vocación para
servir a quien necesite de sus servicios. Por otra parte,
Sor Estela considera que la vocación religiosa va creciendo
a través de la integración, del amor, la fraternidad, la comunión
y la unión familiar, pues desde que empezó a tener uso de razón,
se dio cuenta que su papá era muy allegado a la iglesia.
Cierta vez le dijo a su padre:
“mi vocación religiosa nació y surgió
porque usted tiene la inquietud de estar cerca de Dios”.
El llamado de Dios
Cuando mi padre era joven tenía muchos deseos de conocer a Dios
y estar cerca de Él, mi papá me dijo en una ocasión:
si había una forma de servir a Dios yo me hubiera quedado con Él,
Q pero conocía tu mamá y seguí frecuentando la iglesia,
pues ya tenía a alguien para formar una familia”,

Formando parte de la vida religiosa
El sacerdote de su pueblo tenía muchos años de
estar invitando a las catequistas a tomar dicho curso,
incluso, su hermana mayor ya había tenido esa experiencia:
era una hora después de su pueblo en Pedro Escobedo, Querétaro,
en donde se encontraban las religiosas que se llamaban Hermanas
Catequistas Guadalupanas, ya que preparaban a las muchachas
que querían ser catequistas que querían seguir conociendo la palabra
de Dios para después trasmitirla a los niños y preparar su catequesis.
En ese lugar, Sor Estela se dio cuenta que le gustaba ese estilo de vida,
estuvo dos meses y a su regreso le dijo a su papá que se quería ir de religiosa.
Sor Estela también se lo dijo a su confesor, un misionero Josefino, y él le contestó, qué era lo que gustaría hacer en el convento, pues para ser religiosa tiene que tener alguna profesión: maestra, enfermera, misionera, estar en un asilo. Ella le comentó que quería ser enfermera, pues ya había estudiado para auxiliar de enfermería. El sacerdote le dijo: “Tengo a mis hermanas Josefinas, voy a platicar con ellas para que te reciban y empieces a formar parte de la vida religiosa”. Fue así que surgió con el contacto de las catequistas se fue formando para ser mejor catequista y descubrir que valía la pena irse de su pueblo para dedicarse a atender a los enfermos, puesto que ya era auxiliar de enfermería.
Breve historia del Hospital Civil
El Antiguo Hospital Civil Fray Antonio Alcalde es el segundo
a nivel nacional y cuenta con casi mil 700 camas, a partir de
que se integró el Nuevo Hospital Civil Juan I. Menchaca,
que está cumpliendo 30 años de brindar su servicio a la comunidad;
es un hospital-escuela, que está coordinado por un director general,
un director de ambas unidades. El director del Hospital Civil Fray Antonio
Alcalde, Doctor Benjamín Becerra Rodríguez y el director del Hospital
Civil Juan I. Menchaca, doctor Francisco Preciado Figueroa.
Hace 224 años el Hospital Civil de Guadalajara fue
creado por el Fray Antonio Alcalde y Barriga, pues al llegar como
obispo de Guadalajara, ve la necesidad de construir un hospital.
Habían pasado 15 o 16 años,
cuando en 1786 hubo una epidemia
y hambruna en Guadalajara, en donde
se contaba con un solo hospital para unos
25 o 30 mil habitantes que tenía la ciudad metropolitana de Guadalajara,
ahora somos después de 224 años, más de 7 millones de habitantes.
Aun así, vemos la visión de ese gran hombre, donde al sufrir la epidemia.
Los monjes betlemitas
Fray Antonio Alcalde les pedía a sus sacerdotes
que colaboraran para construir este hospital.
Cuenta la historia que este obispo estaba muy enfermo y en junio
de 1792, a la edad 92 años entra a su hospital por la puerta principal
donde lo siguen todas las personas indigentes para realizar una curación
simbólica, donde a nuestra entrevistada le tocó ver en la Facultad de Medicina,
donde hay unas piedras enormes y una leyenda que dice:
“Aquí Fray Antonio Alcalde hizo una curación simbólica”,
eso fue en junio. El obispo ya muy cansado muere el 9 de agosto de 1792.
Antes de su muerte, en 1791 solicitó al rey Carlos IV
que fundara la Universidad de Guadalajara.
Fray Antonio Alcalde muere a los dos meses de
haber entrado a su Hospital Civil. Antes de terminar
el Hospital Civil, Fray Antonio Alcalde termina de construir el templo
de Belén y cuenta la historia que él no quería subir al templo porque estaba
muy hermoso y que en el altar mayor hacia oración. El obispo fallece en
1792 y el Hospital Civil por todos los trámites dejó escrito,
que se trasladase los pacientes que estaban en el Mercado
Corona, en el que estaba el templo de los que coordinaban y atendían
los monjes betlemitas del fundador, san Pedro Betancourt.
Cuenta la historia que desde 1600 habían llegado los betlemitas
a atender en las salas del hospital. En ese entonces, las 10 o 12 salas
estaban divididas por un repartidor donde está el área de mujeres
y el área de hombres. Entonces en el centro, Fray Antonio Alcalde
quería que se construyera un templo que ya estaba diseñado,
pues quería que sus pacientes escucharan la palabra de Dios.
Fray Antonio Alcalde, un ejemplo a seguir
Por dicha razón, mandó construir en forma circular las salas
y todas ellas llevaban el nombre de algunos santos: la Sala del Espíritu Santo,
la Sala de la Santísima Trinidad, con el paso del tiempo
, le empezaron a poner nombres de médicos sobresalientes
del Hospital Civil de Guadalajara.
El 3 de mayo de 1794, se abren por primera vez las puertas
para atender a todos los jaliscienses y a cinco o seis estados
de la república. La satisfacción más grande que ha tenido
Sor Estela a través de sus actividades religiosas y médicas,
es sentir, y más que todo, estar con todo lo que a ella le rodea,
estar inmersa en todo lo que su congregación de las Hermanas
Josefinas le han encomendado. Tengo 24 años sirviendo y llegué
con mucha ilusión, porque estando en Monterrey de 1986 a 1991,
escuché por primera vez del Hospital Civil por escuchar a la que fue
su primer superiora, la madre Estelita Márquez de Rivera, que en paz
descanse, ya que ella estuvo en el Hospital Civil y dejó huella;
es un hospital bendecido por Dios y por Fray Antonio Alcalde.
Me llamó mucho la atención cuando llegué aquí y leer todo lo
que los medios de información sintetizaron al cumplir Fray Antonio
Alcalde 300 años de haber nacido y se transformó en leyenda,
al terminar toda la síntesis, decía: “al morir Fray Antonio Alcalde
y llegar al cielo, le dijo a Dios que le permitiera no entrar al cielo
porque quería estar con sus pacientes en el Hospital Civil y subirlos al cielo”.  
Primer impulsor del INFONAVIT
Por eso, la leyenda cuenta que todos los pacientes
que mueren en el Hospital Civil de Guadalajara,
entran directo al cielo. Es una leyenda, pero para quienes tenemos fe,
sabemos que, Fray Antonio Alcalde y Barriga
está en su Hospital Civil de Guadalajara
y que está al pendiente de lo que se hace aquí
por el bienestar de la gente que no tiene ningún
derecho a la atención en otro lado, sino aquí; de que,
a pesar de haber pasado por situaciones difíciles está el Hospital Civil.
 Y para mí, otro milagro hermoso, es que cuando vi por primera vez,
después de 200 años de haber fallecido Fray Antonio Alcalde,
uno puede ver el corazón enorme de Fray Antonio Alcalde,
que lo custodian las religiosas capuchinas que están en la calle de
Contreras Medellín. Cuenta la historia, porque yo no lo he leído,
pero que él dejó por escrito que su corazón lo custodiaran las monjas
capuchinas. Es muy impresionante para un ser humano que se enamora
de este hospital, ver ese corazón que se conserva incorrupto
entre los algodones que lo envolvieron, que se podía ver por
una urna que tenía. Las veces que lo hemos pedido al Hospital Civil,
las monjas lo custodian. Es una reliquia para ellas y lo traen aquí
y están al pendiente de ese corazón. En lo particular,
me motiva mucho saber que todavía ese corazón está “vivo”
porque fue un corazón que amó mucho y dejó muchas cosas
maravillosas para Jalisco. Fue un hombre visionario que a partir
de haber creado o fundado la Universidad de Guadalajara,
el Hospital Real de Belén por los betlemitas, haber hecho
Las Cuadritas, por esto fue el primer impulsor del INFONAVIT,
por haber creado 169 o 159 casitas o Las Cuadritas,
pues él no quería que su Hospital Civil no pasara por
las peripecias y que con esas rentas iba a vivir su Hospital Civil.
Además, fue el primer hombre que fundó la primera imprenta en Guadalajara,
el primer hombre que tuvo la visión de dar cultura y educación a la mujer,
a las niñas huérfanas y era un hombre muy estricto consigo mismo,
pues vivía la pobreza auténtica, un hombre que todo el día se los dedicaba
a los demás y en la noche se la dedicaba a Dios-finalizó.    
Además de dedicarse a la enfermería y a su vocación religiosa,
Sor Estela sabe mucho acerca de la vida y obra de Fray Antonio
Alcalde y Barriga. Sor Estela, muchas felicidades en el Día Internacional de la Mujer.







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